Para comenzar, desde lo teórico es un lenguaje simbólico antiguo, cuyo origen se pierde en los comienzos de la humanidad. Hay varias teorías e interpretaciones al respecto de su nacimiento, todas son válidas en el algún punto. El tarot es un “juego” creativo que nos permite recrear los 22 Arcanos Mayores o Arcanos de vida para simbolizar las energías presentes en nuestro esquema planetario. El viaje por los Arcanos Mayores es un viaje hacia el inconsciente ancestral que comienza con la figura del Loco y termina en el Mundo, baraja que actúa como portal hacia los reinos de los oros, las copas, las espadas y los bastos. Es necesario que el héroe o heroína de la historia esté preparado/a para pasar por los estadios propuestos y evolucionar hacia formas de consciencia más elevadas. Cada Arcano es un espiral que conlleva un proceso ascendente y evolutivo. En segundo lugar, desde lo vivencial es una experiencia sanadora que combina el plano
energético eterico del consultante, el físico concreto, el astral emocional, el mental y verbal, y el búdico espiritual. A través de las sesiones y lecturas, el Tarot nos enseña a desarrollar recursos y habilidades que antes estaban escondidos, problematizar en consulta lo que inconscientemente estaba oculto, y adquirir claves para proyectar el futuro que nos convoca y espera.
¿Es predictivo?
En mayor medida no lo es. Funciona como consejo, como un camino que nos evidencia la energía disponible que tenemos para un periodo determinado. Aquello que muestran las cartas evidentemente es una situación presente en la vida del consultante, pero a través de la
concientización puede arbitrar sus recursos disponibles para operar en el mundo concreto. Cuando nos dejamos vencer por la vida y todo desborda, el ser humano medio se vuelve sumamente predecible, usemos el Tarot o no, es decir, sus acciones se leen y evidencian solas porque están cargadas de la memoria emocional y el recuerdo de quien las ejecuta. Dicen los que saben que solo se puede predecir a quien “vive a la altura del diafragma”,
meditemos en esto.
¿Todas las personas pueden leer el Tarot?
Sí. Es necesario al comienzo un guía, alguien que enseñe y ayude al estudiante a interpretar guiado por su intuición y lo aprendido de cada uno de los significados.
¿Cómo lo enseño?
No creo en el Tarot express, es decir, en los cursos que prometen en dos días enseñarnos lo que una persona tarda en dilucidar casi toda una vida. No se trata de una actividad mental. Una interpretación es una combinación de intuición, estudio y conexión, para poder armar una respuesta medianamente lógica. Cada consultante tiene un proceso y en
este recorrido es bueno respetar el de cada uno. Aprender a vibrar desde el Alma con esta energía hermosa no es una cuestión de curso acelerado, es una cuestión de interiorizar el conocimiento que estábamos recibiendo desde otros planos. Por eso me dedico a formar
con profundidad a quienes verdaderamente sueñan con entrar en este mundo mágico.